No creo que sea la persona más adecuada para hablar sobre el sufrimiento de las personas involucradas en el conflicto entre Palestina e Israel, dado que no habito ninguno de esos lugares. Pero no decir nada, viendo el horror de familias enteras siendo masacradas y como discursos de deshumanización/polarización siguen proliferando hasta en espacios feministas, parece aún peor.

El genocidio que está sucediendo en Gaza no puede ser ignorado. Es vital demandar un paro inmediato de la masacre bombardeando a civiles inocentes y niños, y condenar el asfixiar de recursos vitales para sobrevivir a familias y pueblos enteros en Gaza. Condenar el terrorista castigo colectivo al que están siendo sometidas familias, y reconocer las décadas de opresión, abuso, ocupación, desplazamiento forzado, y discriminación a las que han sido sometidas generaciones de personas en Palestina es necesario. Ser honestas sobre el desbalance de poder y los mayores niveles de vulnerabilidad de millones de personas siendo bombardeadas y desplazadas en Palestina. Respetar su derecho y deseo de vivir en paz en su tierra, una tierra donde por cientos de años sus familias y ancestros hicieron hogar, la cual que han perdido y que siguen perdiendo cada año ante un continuo movimiento violento de mayor ocupación. 

Tampoco se puede ignorar el dolor de las familias asesinadas y secuestradas en Israel. Es necesario condenar sin peros el terrorismo a civiles y niños, que jamás será una arma de lucha o de resistencia válida, y defender el derecho de las personas de Israel de existir en paz. Decir fuertemente que no es aceptable matar (con ninguna arma) a personas inocentes bajo ninguna causa, que no es aceptable asesinar niños bajo ninguna causa, que no es aceptable la violencia sexual bajo ninguna causa, no debería ser controversial. También es necesario respetar el derecho de las personas Israelís de vivir en una tierra que también consideran propia, una tierra donde desde hace 70+ años generaciones han nacido y crecido, y no ignorar la conexión histórica de haber sido el hogar de sus ancestros desplazados por otras guerras cientos de años atrás.

Defender el derecho tanto de las personas Palestinas como Israelís a vivir en paz y libertad, buscando caminar hacia la justicia, reconocimiento mutuo, reparaciones, y negocaciones equitativas.

Es una bandera que no es popular en muchos espacios en los que habito, lo sé.
Parece que todas nos encontramos forzadas en encajarnos en las siguientes dos narrativas polarizantes:

 a) Narrativa Polarizante A: niegan el abuso brutal y sistemático de la ocupación contra Palestina, buscando minimizar su justa larga lucha por libertad. Esperan que se aguanten el abuso para mantener “un poco más de paz” cuando millones de personas palestinas siguen siendo brutalmente violentadas y discriminadas regularmente bajo la militarización y creciente ocupación.
b) Narrativa Polarizante B: niegan que Israelís tengan algún derecho a estar allí y mantener un estado, buscando minimizar su conexión a la región al representarlos como colonizadores extranjeros. Esperan que el estado de Israel se disuelva y desaparezca de la región por más inviable, injusto y violento que eso también sea para los millones de personas Israelís. 

No puedo subscribir a ninguna de esas narrativas. Creo que este conflicto solo se puede tornar en paz duradera con entendimiento y reconocimiento mutuo, un reconocimiento que admita los abusos y traiga reparaciones y soluciones equitativas para un futuro de co-existencia justa y en paz.

Entiendo que hablo desde la comodidad y tranquilidad de no ser yo la que vive el dolor del conflicto, con el pragmatismo que eso facilita. Entiendo que acoger esta bandera de reconocimiento mutuo para una solución pacífica debe ser ahora muy difícil, o hasta imposible, para miles de familias que llevan las cicatrices de traumas, abusos, muertes, y violencia recurrente. Por ese mismo trauma es que no veo viable en el corto plazo la idea de un estado único con todas las personas involucradas viviendo armoniosamente, pero no nos corresponde a las personas que miramos desde afuera el «definir» cuales soluciones son viables, o no, eso es algo que le corresponde a las personas impactadas y con mayor entendimiento.  

Quizás es muy ingenuo pedir que se busque una conciliación. Seguiré insistiendo porque vale la pena buscar reconocimiento mutuo para lograr soluciones pacíficas (incluso con personas que representan grupos que te hicieron muchísimo daño) para no condenar a más generaciones a seguir sufriendo este ciclo de conflicto y violencia continua.

A las personas que, como yo, tienen el privilegio de no estar viviendo la guerra, espero que puedan escuchar solidariamente el dolor de todas las personas involucradas y tomar la bandera de reconocimiento mutuo y búsqueda de conciliación en sus comunicaciones. Visbilizando los horribles abusos sucediendo ahora y que han sucedido antes, pero sin abandonar la visión de lograr conciliación en vez de mayor deshumanización y polarización.  Que busquen leer y seguir personas/medios que tengan voces diversas de ambos lados de esas narrativas, que les permita ampliar y reconocer la humanidad de las familias/personas reales detrás de este conflicto.

Algunas personas conectadas Palestina/Israel que pueden seguir para recibir visiones diversas:

  • Bisan– Joven Palestina – cineasta que llevaba una vida normal y ahora transmite en vivo desde Gaza la realidad de la guerra.
  • Muhammad – Joven Israelí que transmite en vivo desde Israel, se indentifica como orgulloso árabe Israelí pero con mirada crítica. Este contenido da una idea de la visión medianamente balanceada que trae.
  • Judios por la Paz – apoyan la causa de libertad Palestina, basados en el exterior.
  • Mujeres por la Paz – buscan conciliar, basados en Israel. Con una mirada más cercana a Israel.
  • Gabor Maté – Escritor judío, sobreviviente del holocausto, contó hace unos años su experiencia viviendo los primeros años de Israel.


Escritora feminista
Mis opiniones son propias, y no necesariamente representan a otras personas que escriben en este espacio. Onda Feminista es un espacio abierto a difundir visiones de feministas diversas de la región, centradas en el respeto y escucha entre feministas incluso en las diferencias.