El 02 de septiembre de 2015 la foto de Aylan Kurdi, el niño sirio que murió ahogado en las costas de Turquía, convulsionó al mundo llamando la atención sobre una tragedia humanitaria que ya tenía años empeorando. Esa fotografía, que mostró la realidad diaria de miles de refugiados, fue el detonante para que medios de comunicación, autoridades y distintas sociedades civiles alrededor del mundo voltearan su vista a la crisis de refugiados, cuyas proporciones habían aumentado tanto que ya afectaban al continente europeo.
Sin embargo, aunque medio mundo esté siguiendo esta noticia, lo que padecen las mujeres en zonas de conflicto sigue pasando desapercibido. Pero empecemos por el principio:
1. Me choca, me irrita, me molesta que la crisis de refugiados se haya convertido en “crisis” porque comenzó a afectar a Europa. Seamos sinceros, la verdadera crisis se vive en Siria, donde 4 millones huyeron a otros países como refugiados y 11.5 millones son desplazados internos. La crisis es en el Líbano, donde casi la mitad de la población actual es siria debido a la masiva llegada de refugiados, o en Turquía que ya está al límite de su capacidad de absorción. Para Siria y países vecinos la crisis comenzó en 2011 a raíz del inicio de la guerra civil, no en 2015. Y ni hablemos de refugiados de otros países como Afganistan e Irak que llevan una década en guerra.

2. Muchos ignoran que 80% de los refugiados del mundo son acogidos por países del Global South (o el llamado “Tercer Mundo”), es decir, solo 20% son recibidos por países occidentales. Y cabe destacar que la mayoría de la población de refugiados tiene ese estatus producto de guerras que los mismos países occidentales fomentaron o apoyaron.1 *inserte ironía*
3. De las noticias y análisis que se realizan en los medios de comunicación a diario muy pocos se avocan a los problemas que padecen las mujeres afectadas por la guerra, cuando más de 56% de la población de refugiados es constituida por mujeres y niñas.2
Pero analicemos este último punto en detalle. Para comenzar, las mujeres y niñas que permanecen en zonas de conflicto están expuestas a una tremenda violencia sexual, que incluye violaciones en grupo, esclavitud sexual y matrimonio forzado. Además, el temor a la violencia sexual suele ser tan grande que las madres evitan que sus hijas vayan al colegio por miedo a que las ataquen en el camino, lo que genera otro gran problema como lo es la pérdida de años de educación. La violación como arma de guerra es bien conocida y se pone en práctica a diario en zonas de conflicto, y mujeres y niñas son las principales víctimas, muchas veces quedando con secuelas físicas graves producto de la brutalidad de los ataques.

Adicionalmente, muchas mujeres refugiadas o desplazadas son el único sustento del hogar, lo que las hace una población especialmente vulnerable a la explotación y trabajo forzado. En cuanto a persecución se refiere, mujeres con liderazgo son el principal target de grupos insurgentes; por ejemplo, en Libia una ola de asesinatos de activistas comenzó en 2014. Además, las féminas siguen teniendo muy baja participación en mesas de negociación y acuerdos de paz, lo que influye en el poco entendimiento que los líderes mundiales tienen sobre los problemas padecidos por mujeres en zonas de guerra.
Finalmente, con el deterioro de los servicios en zonas en conflicto y campos de refugiados el acceso a la salud también se pone en riesgo. En promedio, la mortalidad materna en estas zonas es 2.5 veces más alta y, en total, 50% de estas muertes se produce en zonas devastadas por la guerra.3
Por todas estas razones decidí escribir hoy sobre estas mujeres que son, actualmente, una de las poblaciones más vulnerables del mundo.
Hoy en el Día Internacional de la Mujer celebro por los logros que hemos conseguido y por todas las luchas que feministas se han dado a lo largo de la historia, pero también quiero hacer eco de lo que sufren mujeres en campos de refugiados y zonas de conflicto. Estas mujeres no son una estadística más ni tampoco son invisibles, son vidas irreversiblemente afectadas por la guerra. Mi intención no es dibujarlas como víctimas, es comenzar una conversación que haga espacio a que sus voces y necesidades sean escuchadas con la intención de exigir cambios.
¡Feliz día Internacional de la Mujer! Mucho por lo que celebrar y mucho por lo que seguir trabajando.
1 United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR).
2 World’s Health Organization (WHO).
3 UN Women. Regional Office for Arab States.