Como viajera, México es uno de mis países favoritos. Sus paisajes son espectaculares, la calidez de su gente te hace sentir en casa, su infraestructura turística es genial y su gastronomía no deja a nadie indiferente.
Pero México esconde una realidad terrorífica. El tráfico de mujeres con fines de explotación sexual es el segundo negocio más lucrativo del país, después de las drogas.
Según un diagnóstico conjunto de la ONU y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se estima que casi 70.000 niños y niñas son víctimas de trata de personas en México, la mayoría de ellos con fines de explotación sexual.
Este es un problema invisibilizado social y políticamente, incluso desde la alta esfera gubernamental. Muestra de eso es la reacción gubernamental al reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el cual instó al Gobierno Mexicano a romper con el ciclo de impunidad que reina en el país.
Ante este detallado reporte de las violaciones de derechos humanos, el Gobierno de México emitió un comunicado desacreditanto los resultados, en el cuál dice que el informe tiene «conclusiones sin fundamento» y «no refleja la situación general del país».
Sin embargo, los múltiples reportajes sobre los miles de casos de violación de derechos humanos, desapariciones, torturas, y asesinatos, dicen otra cosa.
MILES DESAPARECEN, POCOS VUELVEN
Según cifras oficiales han desaparecido desde el 2011: 7.060 mujeres & niñas. Esta cifra se enmarca en una mucho mayor, la de desaparecidos totales (ambos géneros) que llega a más de 24.000.
Las forma de raptar a las mujeres varia, algunas chicas son simplemente secuestradas en la calle o en sus casas, como lo indica un reportaje de El País.
El crimen organizado tiene a hombres que controlan determinadas zonas o barrios, se fijan en una posible víctima —casi siempre muy jóvenes y de complexión delgada—, la vigilan unos días para conocer su rutina y, cuando pueden, la suben de forma violenta a una camioneta. Y desaparece. A veces, no hay ni vigilancia previa. Simplemente ven una muchacha que les gusta, paran el vehículo y la suben en el acto.
En ocasiones las vigilan en redes sociales, descubriendo sus hábitos y enganchándolas por allí, y también las captan a través de falsos anuncios de empleo.
“Mi hija Fabiola vio un anuncio enganchado a una farola en el que se buscaba a una mujer para cuidar a una persona mayor. Llamó por teléfono y la citaron al día siguiente a las diez de la mañana, en el mismo lugar donde lo había encontrado. Ella me pidió que la acompañara y así lo hice, pero no se presentó nadie. Fabiola volvió a llamar y le dijeron que había surgido un problema con la persona que tenía que ir y la volvieron a citar al día siguiente. En esta ocasión, no la pude acompañar porque tenía que ir al médico…y ya nunca más volvió”, relata Rosa María, madre de una víctima. Fue el 10 de enero de 2012.
Más de 4 años lleva Fabiola desaparecida. 4 años en los que el gobierno local no ha hecho suficiente para encontrarla. Abajo compartimos un reportaje que hicieron sobre la familia de Fabiola.
Fabiola solo es una de las miles de chicas que desaparecen cada año en México. En el estado de México nada más, estiman que desaparecen 60 chicas por mes ¡60!.
Pero no todas las chicas que caen en la red de trata y explotación sexual son denunciadas como desaparecidas, muchas son migrantes de Centroamérica, son explotadas por la misma familia, o no tienen familiares que se preocupen por buscarlas.
El destino de estas chicas: esclavitud, prostitución, tortura y/o muerte.
Rebeca fue primero prostituida por su familia, desde los 11 años. Eventualmente logro escapar, y a los 17 años, vio un anuncio de trabajo buscando chicas para trabajo doméstico, y acudió a la cita con el empleador. Allí, se encontró montada en una camioneta con otras 17 chicas, pero nunca sospechó que su destino final sería un edificio en el barrio de prostitución de la Merced, ni que durante tres años y medio estaría encerrada sin ver la luz del día, siendo explotada sexualmente otra vez.
“Me tocó ver cómo mataban a golpes a una muchacha porque no dio todo el dinero que había ganado un día. Me tocó ver que a otra la asesinaron porque no quiso salir a trabajar a la calle, a esa sí a sangre fría. La mataron”, recuerda. “Si trabajabas más, te tocaban dos comidas; si no, no comías… Si no sacabas suficiente [dinero] a veces te dejaban con la misma vestimenta y no te bañaban hasta que volvías a trabajar bien; si estabas con la regla, te ponían un tapón y así tenías que seguir trabajando. Si un cliente se quejaba de que no te habías dejado hacer algo, entraba la mujer o el hombre encargados y te daban de golpes”, continúa ahondando en su memoria.
Otra estrategia usada por las redes de trata en México es la de enamorar a las adolescentes, fingir ser una pareja ideal hasta tenerla lejos de su familia. Ese fue el caso de Karla, quien relató su historia a CNN en el video abajo.
AUTORIDADES INVOLUCRADAS
Múltiples organizaciones sociales alegan que varios militares & policías locales han entrado a formar parte de la red de secuestros y explotación sexual, así como los narcotraficantes.
Rosa María Reyes, madre de la desaparecida Fabiola, tiene muy claro por qué no se resuelve el caso de su hija: “Es por la incompetencia de la policía que hasta ahorita no ha hecho nada. Se le han entregado infinidad de pruebas para que actúen y no han hecho nada. Incluso han llegado al sarcasmo. A veces les he dicho pues que me maten ya para que me quiten este dolor”.
En la mayoría de los procesos, las familias van por delante en las investigaciones y aportan pistas que, en muchos casos, son ignoradas. En el peor de los casos, incluso reciben amenazas para que cejen en sus indagaciones, como les ha pasado a algunas madres.
Prueba del poco interés en resolver los casos, es que en México parece estar muy claro cuáles son los lugares claves para la prostitución, desaparición forzada y trata, pero aún así no se hace mucho al respecto.
Esto lo muestra múltiples reportajes nacionales & internacionales denuncian los lugares identificados como nichos de prostitución forzada, como es el caso de diversos hoteles en La Merced, y hasta declaran al estado de Tlaxcala como la «capital de la trata y prostitución».
Alguien me explica ¿por qué si es tan OBVIO para todos que hay miles de mujeres esclavizadas allí, y mucha gente haciendo dinero con eso, nadie fue a capturar a todos los criminales que las retienen?. Ah claro, porque no les interesa.
IMPUNIDAD E INDEFENSIÓN
Ante esta situación algunas madres deciden arriesgarlo todo, e involucrarse en las redes de prostitución para dar con el paradero de sus hijas. Así lo relató María Soledad, quien durante seis meses trabajó como prostituta para ubicar a su hija y al hombre que la retenía, conocido como el Bombacho.
“Mi orgullo es que se la quité con vida, porque él nunca las deja escapar con vida. Ahora, mi cabeza tiene precio y yo sigo esperando a ver qué me va a hacer. Por lo que yo le hago penalmente responsable de lo que me pase… Ahorita él está en la cárcel por cortesía mía… pero saldrá en tres años. Le están abriendo otros procesos y espero que no salga nunca porque sus crímenes son muy grandes”, declaró.
El peligro en el que se ponen los familiares que deciden clamar justicia es altísimo, ese es el caso de Norma Andrade, quien ante la desaparición, violación y y asesinato de su hija en el 2001, se movilizó pidiendo apoyo internacional y formando la asociación Nuestras Hijas de Regreso a Casa.
Pero esta búsqueda por la justicia la ha puesta en grave riesgo, su casa fue quemada, la han intentaron asesinar en 2 ocasiones (le dispararon & acuchillaron), en dos ciudades diferentes. Y su familia vive acosada por amenazas de muerte y violencia, tanto así que muchos familiares se alejaron para no correr riesgos.
Lo más triste del caso es que todavía, después de 15 años, no han detenido a ninguna persona involucrada en la desaparición y muerte de su hija.
Ni si quieras los policías honestos que buscan hacer su trabajo están seguros.
Rebeca fue rescatada por un policía federal que durante tres meses estuvo investigando qué pasaba en aquel hotel. Cada ocho días, la visitaba haciéndose pasar por cliente fijo. Ella le facilitó toda la información que pudo. El federal acogió a Rebeca y su compañera de cuarto en su casa los primeros días, hasta que ellas hicieran sus declaraciones y reconocimiento de los detenidos. Su esposa les facilitó comida y ropa. Pero el segundo día, a las siete de la tarde, llamaron a la casa del agente para notificarle a su mujer que él había sido asesinado. Rebeca rememora aquel trágico momento que presenció.
¿Miente entonces la CIDH en su informe? ¿Exagera?
Yo creo que no, señor Peña Nieto. Yo creo quien miente al minimizar la situación es su gobierno.