Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 3 mujeres ha sufrido algún tipo de agresión sexual, una estadística que se ampliaría casi al 100% si se incluyen las frases obscenas o “piropos” callejeros como forma de agresión sexual.

Yo como mujer he escuchado incontables veces lo que un extraño en la calle quisiera hacer conmigo o lo que él opina de mi cuerpo. Esto también forma parte de la cultura de la violación, un tipo de violencia que está tan normalizada en nuestra sociedad que ya ni siquiera se cuenta como violencia per se.

Según Emilie Buchwald en “Transforming a Rape Culture”, la cultura de la violación son todas aquellas creencias que incitan la agresión sexual y apoyan la violencia contra las mujeres. Una cultura donde la masculinidad se mide en el nivel de dominación y poder que se ejerza sobre el otro y donde los impulsos sexuales masculinos se entienden como inevitables e incontrolables.

Foto: Tumblr
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La cultura de la violación parte entonces del concepto de masculinidad creado según estereotipos de género, donde el hombre debe ser siempre el dominante y prácticamente “cazar a su presa”; y donde la mujer es juzgada por “incitar” bajos instintos que son “físicamente incontenibles” para los hombres. Esto, por supuesto, es mentira.

Hemos crecido en un mundo donde a las mujeres nos enseñan a cuidarnos de no ser violadas, a no provocar a los hombres, a no andar solas por la calle, a no dejar una bebida desatendida, a no usar ropa reveladora, a desconfiar hasta de los taxistas. Pero, ¿quién les enseña a los hombres a no violar o acosar?

Es así como vemos los incontables casos de violación en los que las víctimas son culpadas del abuso a causa de su vida sexual, de cómo estaban vestidas o de supuestamente provocar a su agresor.

Vemos como las mismas mujeres tildamos de “puta”, “zorra”, “fácil” a quienes viven su vida sexual como mejor les parece mientras que un hombre que hace lo mismo es “latin lover” y hasta más deseable. Perpetuando así el concepto de que los únicos que están a cargo de la sexualidad femenina son los hombres, quienes son enseñados a que tienen derecho a reclamar sexo.

Foto: CNT Valencia
Foto: CNT Valencia

Recientemente, la marca de ropa Forever 21 se vio envuelta en un escándalo por presuntamente promover la cultura de la violación en una de sus camisetas. La franela de la línea masculina decía “no digas tal vez si lo que quieres decir es no”. Esta frase fue tomada como provocación en grupos feministas quienes aseguran que mensajes ambiguos hacen alusión a relaciones sexuales no consensuadas y que las marcas deben cuidarse de no promover estas acciones, principalmente en EEUU y Canadá donde la cultura de la violación está tan arraigada, pues 600 personas son violadas a diario.

Luego del inconveniente la marca decidió retirar las franelas del mercado y el debate sobre el consentimiento al tener relaciones sexuales se reencendió.

Foto Forever21
Foto: Forever21

Uno de los mayores problemas de la cultura de la violación es que es una violencia que está tan arraigada que se da por sentado que son las mujeres las responsables de no ser violadas. Por ende, las consecuencias de la cultura de la violación son devastadoras. De acuerdo con la organización RAINN, en EEUU solo 32% de los casos de abuso sexual son reportados, de esos solo 16% irán a tribunales y solo 2% serán condenados. El 98% de los atacantes queda libre.

Cabe destacar que la cultura de la violación y ese concepto de masculinidad absurdo afectan también en gran medida a los hombres. En un mundo donde el más macho es el más fuerte, no es sorpresa que la gran mayoría de los crímenes sean cometidos por hombres y que quienes sufren agresión sexual no denuncien por temor a ser tildados de homosexuales.

Foto: Comunicaciones Tian
Foto: Comunicaciones Tian

Vivimos en un mundo donde se culpa a las víctimas y se protege y justifica a los agresores.

Aquí quiero ser muy clara: ninguna persona tiene la culpa de ser atacada sexualmente. No importa cómo estas vestida, si estabas borracha o si aceptaste ir a su casa. Si dices que no, es no.

Foto: Tumblr
Foto: Tumblr

Mi mensaje para las víctimas de abuso sexual es simple: yo les creo.

Si has sido víctima de abuso sexual o violación, por favor acude a alguna organización que trabaje apoyando a víctimas de violencia sexual. Aquí dejo una lista de algunas de las principales ONG’s en varios países Latinoamericanos , si conoces más por favor añádelas en los comentarios.

Argentina: Dirección General de la Mujer. 0800 66 68537 (MUJER)

Bolivia: Centro Integral de la Mujer (CIM)

Chile: Ayuda telefónica marcando el código 149

Colombia: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF

Ecuador: CEPAM

México: Origen Fundación Pro Ayuda a la Mujer

Paraguay: CLADEM 

Perú: La Red Nacional (RECARE)

Uruguay: La Red Uruguaya contra la Violencia Domestica y Sexual

Venezuela: AVESA