A lo largo de la historia, las posturas radicales e intransigentes han sido mal vistas y hasta se han convertido en obstáculos para grandes movimientos políticos, religiosos e ideológicos. Sin irnos muy lejos, actualmente en el mundo muchos musulmanes son fuertemente discriminados y maltratados debido a las acciones extremistas realizadas por ISIS.
Por mi parte, considero que en muchas ocasiones el mal llamado “feminismo radical” ha causado el mismo efecto a nuestra causa. Vamos a los hechos: radical significa de la raíz, es decir que sigue una ideología en su forma original. Pero, si simplemente nos vamos a la definición, la Real Academia Española establece que el Feminismo es la “Ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres” esa es la raíz.
Entonces, si hablamos de igualdad de derechos y no de supremacía o dominio… ¿Por qué en muchos discursos y acciones se siente que esto es una guerra de sexos? ¿Y por qué excusan esa actitud misándrica diciendo que son “radicales”?
¿No me creen? Qué me dicen de Lana, la bloguera “feminista” que aseguró que abortó a su bebé al descubrir que iba a ser un varón… O de la frase “Ante la duda, tú la viuda” coreada durante las marchas del Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer en España y promovida por las calles y redes sociales. Como éstas, muchas historias han hecho cuestionar a muchos si realmente apoyan el feminismo… Entre esos YO, en algún momento.
Anteriormente desconocía el verdadero propósito del feminismo, llegando a pensar que simplemente era una postura extremista, como el machismo pero de la mujer. Y sé que muchos y muchas aún lo creen así. Pero esta postura, que numerosas personas hacen llamar “feminismo radical”, es en realidad misandria, la tendencia que consiste en el desprecio a los hombres.

Esta confusión de posturas ideológicas, definitivamente ha afectado la causa del feminismo durante muchos años y ha servido para que los grupos machistas desacrediten su verdadero objetivo: la igualdad. De hecho, muchos han utilizado el argumento de que los hombres también son discriminados y maltratados como recurso para restarle importancia al movimiento feminista. Actualmente, continúa difundiéndose a través de las redes sociales el video de Lauren Southern, una chica que asegura que el feminismo no lucha por la igualdad, sino por un solo género.
YO hoy entiendo el feminismo. Entiendo que queremos ser iguales en derechos, oportunidades y responsabilidades; que queremos ser libres de decidir nuestro futuro, eliminando el sexismo y la opresión que trae como consecuencia. Entiendo que hombres y mujeres podemos ser feministas. Y entiendo, por sobre todas las cosas, que para mí ser feminista es una decisión: la decisión de ser la mujer que quiero ser y no la que la sociedad me indica.
Y en cuanto a la polarización que muchos han querido darle al feminismo, ejerzo mi humilde derecho a opinar: si bien esta ideología lucha y habla por el bando de las mujeres, no quiere decir que los problemas de los hombres son irrelevantes para nosotras. Lo importante es que las personas eliminen los estereotipos y que entiendan que hablar desde un bando no te hace enemigo del otro.
Una feminista, no importa que tan radical sea, no debería caer en misandría, es simplemente incompatible con la lucha por la equidad.