La historia de esta mujer húngaro-canadiense es realmente admirable, pues Timea Nagy logró sobreponerse a los horrores de la trata de mujeres para convertirse en activista feminista.

Todo comenzó en Hungría en 1998 cuando Timea, de 20 años de edad, fue traficada desde Hungría hasta Canadá para ser obligada a trabajar como esclava sexual en Toronto.

Ella respondió a una anuncio en un periódico donde se solicitaban mujeres para trabajar en Canadá como niñeras o personal de limpieza, pero la realidad que le esperaba era muy diferente. Los traficantes pagaron por su pasaje de avión y al llegar a suelo canadiense sus tres captores le informaron que les debía $3500 por los gastos de traslado y la encerraron en un motel para que trabajara como prostituta. Adicionalmente, también trabajaba como bailarina erótica en un nightclub cercano.

Timea fue amenzada durante los tres meses que estuvo en cautiverio. Constantemente le advertían sobre lo que podría pasarle si hablaba con desconocidos o si iba acudía a la policía. Su jornada de trabajo era de 16-17 horas y comía solo una vez al día. Ella no hablaba inglés, pero con la ayuda de un diccionario húngaro-inglés logró escapar.

Posteriormente vio una historia igual a la de ella en el periódico y decidió ir a la policía a denunciar. Sus captores nunca fueron encarcelados, mas Timea logró obtener la ciudadanía canadiense. Y ella no dejó que su historia condicionara su futuro.

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En el año 2009 inció el proyecto Walk With Me en Canadá, una organización dedicada a brindar refugio y apoyo a las víctimas de tráfico humano, además de proveer recursos educativos y legales para facilitar el proceso de reinserción social. Esta fundación también se dedica a crear conciencia sobre este grave problema que muchas veces pasa inadvertido.

Lamentablemente en 2015, esta organización cerró sus puertas debido a falta de presupuesto, pero Timea sigue trabajando en la lucha contra el tráfico humano.

El ex Primer Ministro Canadiense, Stephen Harper, con Timea Nagy
El ex Primer Ministro Canadiense, Stephen Harper, con Timea Nagy

Asimismo, publicó un libro donde narra sus experiencias y ha ganado varios importantes premios como el National FreedomAward y el Prime Minister’s Volunteer Award 2012.

Timea no se conformó con ser una víctima más, por eso ella y su historia son inspiración para el movimiento feminista. Actualmente está dedicada especialmente a poner al descubierto a las organizaciones de tráfico de personas a través de sus redes de lavado de dinero en reconocidos bancos internacionales.

Si quieres conocer más de su activismo visita su página web.