La nochevieja en Brasil fue marcada en la memoria de todas las mujeres por una matanza ocurrida en Campinas, São Paulo. Un hombre que no aceptaba el fin de su matrimonio invadió la casa de su ex-mujer y disparó contra ella, su hijo y cerca de 10 personas más, en su mayoría, mujeres de la familia.
Según informaciones, la víctima había registrado seis quejas contra él, que también era sospechoso de abusar de su propio hijo. Después de cometer la masacre, cometió suicidio.
La prensa divulgó una carta firmada por el asesino, dirigida a su hijo, donde dejaba explícita sus intenciones, hacía ofensas y hablaba de su ex y sus familiares como “zorras sin corazón”, “putas feministas” y afirmaba que ni siquiera la Ley Maria da Penha (una ley brasileña contra feminicídios) podría ayudarlas.
- La ley Maria da Penha
La ley, que existe hace solo diez años, fue criada cuando Maria da Penha, una mujer brasileña, después de sufrir violencia doméstica por más de veinte años, decidió denunciarlo. Dos veces su marido intentó asesionarla, y hasta la dejó parapléjico. Sin embargo, él fue preso solo por dos años.
Maria da Penha necesitó llegar a la Comisión Internacional de los Derechos Humanos para que su voz fuese oída.
- La prensa brasileña y las redes sociales
Hubo una gran discusión sobre divulgar el contenido de la carta.
Mientras para un lado el acto ayudaría a que los lectores entendieren lo que pasó y también a los profesionales de la salud mental y la policía a estudiar el caso, para otros la actitud solo haría que muchos otros hombres sintiesen que están “amparados” por la población, al final, ¿cuántos hombres en el mundo piensan del mismo modo cuando desean asesinar sus novias o esposas?
Un punto que deberíamos debatir más, y que fue destacado por usuarios de la red es el el siguiente: Nosotras ya estamos familiarizadas con todo lo que dijo el asesino.
Estamos acostumbradas a sus diálogos, ofensas y el odio a las mujeres, porque están en todas las redes sociales, llenos de “likes” y comentarios.
Hasta la propia prensa lo evidencia, cuando tiene miedo de decir “feminicídio”, cuando prefiere decir que un crimen fue pasional, cuando dice en la noticia que el asesino era solo un “joven enamorado que no soportaba la idea de no ser el dueño de su novia”.
- Brasil y sociedad
Uno de los peores paises para ser una chica – Hace pocos meses la ONG Save the Children divulgó que Brasil está en la 102ª posición de 144 países en el Índice de Oportunidades para Niñas.
No solo porque no tenemos representantes parlamentarias, si no también porque nuestro índice de casamientos en la niñez y embarazo en la adolescencia es de los más altos.
- Zorras sin corazón
No se puede negar, la sociedad brasileña aún es machista en diversos aspectos. La idea de que una mujer necesita ser “bonita, recatada y del hogar” es justificativa para ponerle la culpa de cualquier agresión, asedios y violaciones que sufra.
Nuestras niñas son educadas creyendo que son el “trofeo”. Les decimos a ellas que no pueden decir “no” al chico que las ayuda, que no pueden decir “no” a su novio o esposo, y que nunca deben quejarse de las decisiones que sus parejas toman.
Decimos que son responsables por su comportamiento, pero también por el de los demás hacia ellas.
No permitimos que sean libres y su autonomía nos suena como amenaza. Mientras castigamos a nuestras niñas, dejamos que nuestros niños hagan lo que quieran, incluso sobre cuerpos que no les pertenecen.
Si así seguimos, no hay duda que para muchos seremos siempre las zorras sin corazón, en una sociedad que nos odia, odia nuestro cuerpo, nuestra libertad y nuestra capacidad de reaccionar a su comportamiento. Odia nuestros derechos, nuestra lucha, odia la idea de que podamos tener la misma equidad y de que seamos tratadas con los mismos privilegios.