Las mujeres nos enfrentamos constantemente a la crítica destructiva, una forma encubierta en la que hemos aceptado el status quo, el machismo y la subestimación del rol femenino en la sociedad. Imponerse a esta delimitación cultural, como mujeres o como hombres, es de “rebeldes” y nuestra obligación para con los visionarios caídos es honrarlos, es decir continuar con su lucha.
Tuvieron que pasar varias generaciones para avivar el espíritu de una mujer ecuatoriana que cada mes de junio recuerdo con total estima. Mi nombre es Jodie Padilla y este es mi primer artículo en Onda Feminista y sólo puedo estar agradecida por la oportunidad que me han brindado de llegar a tantos lectores deseosos de conocer sobre las raíces e hitos del feminismo en la región; pero hay algo que me inspira, el ser la sobrina bisnieta de Matilde Hidalgo de Procel, primera mujer en votar en América Latina en una elección nacional, según la BBC (2013).
Hoy quiero dedicar una parte importante de mi vida a dar a conocer más de la lucha de esta mujer intachable y con ello aparecen muchas preguntas y cuestionamientos que incluyen desde un “¿por qué su familia se demoró tanto tiempo en hacerlo?” hasta llegar a un “¿y qué quiere ahora esta chica? ¿hacerse famosa a costa de una mujer que ni siquiera conoció?”. Para cualquiera que sea el caso, ninguna pregunta refleja la realidad de lo que he vivido, de lo que he hecho ni de lo que aspiro a conseguir. Lo cierto es que esto no se trata de mí, no se trata de enfocarse en el pasado, en lo que se hizo o lo que se dejó de hacer; se trata de pensar a futuro, de recordarle a las nuevas generaciones los sacrificios que hizo una mujer a la cual todos deberíamos admirar como promotores de la igualdad de género.
Honrar la vida de los fallecidos no requiere que sea su familiar o no; requiere tener visión, propósito y pasión por lo mismo que inspiró a este ser: el feminismo. Seguramente tú, quien lee este artículo, te consideras feminista. Si yo fuera reactiva te preguntaría “¡¿cómo es posible que una supuesta feminista no sepa nada sobre Matilde Hidalgo de Procel?!” pero afortunadamente no lo soy, como proactiva que soy te digo “¿conoces a Matilde? ¿No? Pues aquí te cuento su historia, si te agrada su vida y quieres apoyarme para que más personas la conozcan y se inspiren con lo que hizo, contáctate conmigo ¡Sé parte del #TeamMatilde!”.
Sobre Matilde
Una voluntad inquebrantable y un temple tenaz caracterizaron a Matilde Hidalgo de Procel, protagonista de la primera conquista femenina en el campo educativo, profesional, electoral y político del Ecuador. Nacida en Loja en el año 1889, Matilde, quien dedicó su vida a eliminar barreras sociales impuestas únicamente a las mujeres, marcó un hito para el movimiento feminista latinoamericano en su lucha por la igualdad de derechos civiles.
Siendo aún una estudiante de primaria, instancia final en la formación académica de las mujeres de la época, Matilde cuestionó la dominación masculina, idea apoyada firmemente por su hermano mayor Antonio, reconocido músico y compositor. Una vez culminados sus estudios primarios en el colegio femenino “La Inmaculada” de la ciudad de Loja, Matilde reconoce su vocación por la medicina, por lo que en 1907 procedió a solicitar matrícula junto a su madre al colegio masculino “Bernando Valdivieso”. Como todo hecho sin precedentes, la concesión para iniciar los estudios secundarios de Matilde se convirtió en la primera de las numerosas hazañas que cambiarían el curso de la historia de la mujer ecuatoriana.
Tachada de liberal y hasta endemoniada, Matilde fue aislada de una sociedad marcada por el tradicionalismo, sin embargo continuó su camino con una actitud heroica, convencida de que el rol de la mujer en la sociedad no se debía confinar a la de un ser de claustro, incapaz de realizar una actividad adicional a la oración, las tareas del hogar y la crianza de los hijos. Pero toda esta negativa a su accionar no hizo más que fomentar su perseverancia pues en 1913 obtuvo el grado de bachiller, siendo la primera mujer en culminar los estudios secundarios. En 1914 ingresa a la facultad de medicina de la Universidad del Azuay – Cuenca y en 1919 se convierte en la primera licenciada en medicina. Más tarde, en 1921 alcanza su meta anhelada, la de convertirse en la primera médica graduada en el Ecuador.

Sorprendentemente ella no estaba sola, no sólo contó con el apoyo de su familia, sino que al igual que ella, mujeres valientes y de aventajada condición intelectual desafiaban simultáneamente el machismo del siglo XX en sus países natales, sin siquiera imaginarse que se convertirían en figuras emblemáticas del movimiento feminista de la región. No es hasta el año 1924 en que Matilde hace su mayor aporte a la causa; en ese año se abren los registros de empadronamiento para las elecciones de senadores y diputados, por lo que el 10 de mayo Matilde pide ser registrada para votar. Su solicitud es denegada en primera instancia pero por su insistencia al indicar que las leyes no se lo impedían logra su cometido, convirtiéndose en la primera mujer en América Latina en ejercer su derecho al sufragio. Su caso fue llevado a consulta al Parlamento y Consejo de Estado, siendo el 9 de junio 1929, hace 89 años, cuando se reconoce finalmente a la mujer como ciudadana con derecho a participar en los comicios nacionales, siendo Ecuador el primer país de América Latina en aprobar el sufragio femenino para una elección nacional.
A partir de ese momento Matilde estuvo involucrada en la palestra pública, fue la primera mujer en postularse para un cargo de elección popular, con lo que logró ser designada como la Primera Congresista del Ecuador en 1941. La actividad benéfica a lo largo de su vida, la que se vio truncada en 1974, evidencia su compromiso ético y cívico con aquella ardua tarea de redefinir la importancia de la mujer como miembro activo de la sociedad. Poeta, profesional, maestra, política, funcionaria pública, esposa y madre; Matilde Hidalgo Navarro fue una auténtica visionaria del rol de la mujer moderna… de la mujer LATINOAMERICANA.
Sobre la autora
En otro espacio podrás conocer más de mí pero acá te quiero compartir lo que hago en la actualidad en beneficio de la memoria de Matilde. Los intereses feministas han cambiado con el paso de las décadas, partiendo de una exigencia de igualdad de derechos civiles hasta llegar a temas de empoderamiento y liderazgo femenino en el entorno legislativo y cultural. Con la globalización, la forma de comunicarnos también ha trascendido del mundo físico al virtual y nuestro alcance podría parecer infinito; ahora ninguna iniciativa es mínima ni ningún esfuerzo es suficiente.
A nivel nacional aspiro a dar a conocer a Matilde con eventos en su memoria y con productos personalizados. Desde el año pasado cuento con el apoyo de la ONG Girls In Tech Ecuador, con base en San Francisco mediante los conversatorios “Las Mujeres de Matilde” que se realizan en Guayaquil, Ecuador. En este conversatorio se platica con mujeres líderes que dan a conocer detalles de sus luchas personales en su camino hacia puestos directivos de alto impacto; ya se realizó la primera edición y la próxima se viene en junio (evento trimestral). Para más información suscríbanse a su newsletter o sigan su cuenta de Twitter e Instagram.
Independientemente, lancé la marca Feminista Hasta la Equidad (cuenta de Instagram) en donde vendo Pines Feministas con diseños propios para que nunca dejemos de recordarnos a nosotros mismos y a los demás lo que implica ser feminista. Uno de esos diseños es Team Matilde, un diseño exclusivo de Matilde Hidalgo de Procel, a fin de dar a conocer su rostro con una ilustración moderna y atractiva.
Lo más importante de esta marca es que todas las ganancias servirán para financiar el producto final de esta iniciativa: en la actualidad me encuentro escribiendo un breve libro sobre detalles de la vida de Matilde nunca antes conocidos y espero poderle dar un toque contemporáneo y un enfoque distinto puesto que ya existe una biografía de autoría de la historiadora Jenny Estrada. Espero contar con su apoyo ya sea adquiriendo los pines como hablando sobre Matilde o compartiendo su historia. Toda ayuda es bien recibida, juntas podemos inspirar a más mujeres a unirse a la causa y a ser parte activa de este movimiento. Desde ya te agradezco por leerme y te digo ¡Bienvenida al Team Matilde!