Resulta increíble para la mayoría de las mujeres occidentales, pensar por un segundo vivir en un lugar donde no podamos tomar nuestras propias decisiones en temas tan simples como: manejar, ir a la universidad, casarnos, comprar una casa, alquilar, solicitar servicios públicos, sacar un pasaporte ¡o incluso viajar!

 

 

Pues aunque suene irreal en pleno siglo XXI, esta es la realidad que viven todos los días las mujeres en Arabia Saudita.

El sistema de “tutela masculina”, o Male Guardianship en inglés,  convierte a las mujeres en ciudadanas de segunda independientemente de su edad, pues para realizar múltiples gestiones como las mencionadas anteriormente, necesitan del permiso o la aprobación de su “guardián masculino”, que hace las veces también de su tutor legal.

Lo más inverosímil de este sistema, no es que usualmente el guardián es el esposo de la mujer, o su padre, sino que incluso puede llegar a ser su hijo.

Estos hombres que ejercen de «guardianes» de mujeres adultas tienen la potestad hasta de decidir después que una mujer cumple su condena encarcelada, si esta puede ser liberada o no. Según Human Right Watch, los esposos mantienen su estatus de guardián incluso en los procesos de divorcio.

¿Qué han hecho las mujeres saudíes  para cambiar el sistema?

La globalización, las redes sociales y el internet, has permitido que la lucha de las mujeres de Arabia Saudita trascienda fronteras y llegue nuestros oídos.

El caso más sonado de los últimos tiempos, lo protagonizó Manal Al Sharif en 2011, cuando decidió publicar un video en youtube mientras conducía por Arabia Saudita, algo que no estaba permitido para las mujeres, ni siquiera con la autorización del guardián masculino.

Anteriormente, en 2009 la prominente activista Waheja al –Huwaider intentó viajar internacionalmente sin permiso de su guardián en 2009 y con esto alentó a otras mujeres como Manal a desafiar el sistema.

Si bien la acción de Manal Al Sharif, no es la primera lucha de las mujeres saudíes en esta temática, la plataforma y las redes sociales permitieron que el video consiguiera unas 700.000 visitas en muy pocos días.

Aún así, Manal Al Sharif fue encarcelada por desafiar a la monarquía con este hecho.

Después de muchos años de lucha que datan desde 1990, cuando 47 mujeres en Riad se atrevieron a conducir, entre ellas Madeha Al-Ajroush, quién dijo que para la época estaban aterrorizadas pues no existían medios sociales que mostraran lo que estaban haciendo y se sentían desprotegidas.

El 24 de junio 2018 después de varias promesas incumplidas por parte de la monarquía, el rey Salmán levantó la anacrónica prohibición de no poder conducir un auto con un decreto real.

Sin embargo, varias de las activistas que promovieron ese derecho que ahora es ley, han sido encarceladas este año.

Hatoon al Fassi, otra activista importante del movimiento declaraba después de la publicación del decreto: “Voy a conducir. A cualquier sitio. De forma aleatoria. Quiero saber qué se siente conduciendo de forma legal”. El 27 de junio de 2018 Hatoon fue arrestada en lo que se ha conocido como una clara represión de activistas en Arabia Saudita durante el 2018.

Las autoridades saudíes no se han manifestado sobre las causas del arresto. Pero claramente, esto empaño la jornada y planteó dudas sobre la veracidad de la reforma que impulsa el hijo y heredero del monarca, el príncipe Mohamed Bin Salmán.

 

 

Esta ola de arrestos inició en mayo de este año, con activistas como Aziza al-Yousef quién en 2016 presentó una petición de 14.000 firmas a las autoridades para abolir los reglamentos del sistema de tutela masculina.

Esta petición no ha recibido respuestas por parte del gobierno, pero el hashtag de twittter #IAmMyOwnGuardian se ha vuelto viral y ha logrado obtener apoyo a la causa.

Otra de las mujeres encarceladas este año fue Loujain al-Hathloul. Su lucha ha sido emblemática, pues se presentó en las elecciones saudíes de noviembre del 2015, cuando se les permitió a las mujeres por primera vez votar y postularse.

No obstante, aunque se reconoció su condición de candidata su nombre nunca llegó a incluirse en las papeletas.

Según indicó Amnistía Internacional, se le han negado derechos básicos como ver un abogado y contactar a su familia, por lo cual el motivo exacto de su aprehensión se desconoce. Esta misma suerte la corrió la bloguera Eman al-Nafjan, fundadora de un blog saudí de mujeres e importante activista en la campaña #Woman2Drive.

 

A esta ola de arrestos durante 2018 también se sumó la de Samar Badawi, reconocida activista que en 2010, después de estar encarcelada por desobediencia a su tutor legal, logró que el Tribunal de Jeddah fallará a su favor y su tutela fue transferida a un tío.

Badawi también participó activamente en las campañas de sufragio y de conducción de mujeres, por lo que en 2012  fue premiada con el International Women of Courage Awards, en Estados Unidos.

Su arresto en julio de este año, ocasionó la ruptura diplomática entre Canadá y Arabia Saudita (promovida por este último), tras los pedidos de liberación por parte de la Ministra de Asuntos y Exteriores de Canadá.

Human Righ Watch ha expresado que estos arrestos solo buscan generar miedo y zozobra en los activistas. Sara Leah Whitson, directora de Medio Oriente de HMW, indico “El mensaje es claro cualquiera que exprese su escepticismo sobre la agenda de derechos del príncipe heredero se enfrenta a un tiempo en la cárcel”.

No obstante, la lucha continúa. La globalización y el desarrollo económico propio de Arabia Saudita, en los últimos años les exigen quieran o no  reformas más profundas. El nivel de escolarización de las mujeres saudíes es superior al de los hombres, por lo que saben que están desperdiciando  un potencial laboral importante.

En 2013 el rey Abdullah incluyó 30 mujeres en el Consejo de la Shura. Mientras que el 12 de diciembre de 2015, las autoridades permitieron que las mujeres participaran en las elecciones de concejos municipales, como votantes y candidatas. La necesidad de Arabia Saudita de dejar de ser un país dependiente del petróleo, ha impulsado reformas en el mercado laboral, eliminando restricciones en ciertos campos laborales donde se consideraba que la mujer no podía ejercer porque no eran adecuados para su naturaleza. Incluso han ofrecido incentivo a empleadores para que contraten mujeres y proporcionan becas para que estudien en el extranjero.

¿Pero esto elimina o desvaloriza el sistema de tutelaje?

No, y ha sido la crítica más abierta a la monarquía Saudí. Anteriormente en 2009 y en 2013, accedió a reformar el sistema, después de su examen periódico universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Sin embargo, se limitaron a reformar ciertos aspectos del sistema de la protección. Por lo que su alcance ha sido ineficiente e incompleto, y las vejaciones de este sistema siguen estando intactas para cada mujer de Arabia Saudita.