Argentina: un país donde niña es sinónimo de madre, un país donde una mujer vale más por tener útero que por ser persona.
Argentina, un país donde una niña es violada por su padre, su padrastro, su abuelo, el tío o cualquier macho que se le antoje saciar su perversidad con su cuerpo aún sin desarrollar, con su mente llena de juegos e inocencia y una boca con mucho miedo de hablar pero eso no es noticia urgente, es moneda corriente.
Argentina un país donde una nena pide a gritos que le saquen lo que un viejo asqueroso le puso adentro pero ya su voz no interesa, ya su cuerpo y mente se convirtieron en una incubadora y su único fin es gestar.
Argentina un país donde a una nena la viola un viejo, el médico, la justicia, la gente haciendo oídos sordos, la iglesia, las leyes y todos los medios de comunicación, pero el chisme del día sigue ocupando más tiempo en las bocas que el horror que ella está viviendo.
Argentina, un país donde las nenas son obligadas a ser madres, a sufrir violaciones y aguantar las consecuencias, a pasar por una cesárea para salvar el feto, feto que seguramente muera, pero la posibilidad de “salvar” él bebe de esa niña es más fuerte que toda lógica. Un país donde se condena a una niña no solo a vivir toda su vida con el recuerdo de su violación, de algo dentro suyo que le pusieron y no quiere, de pedir un aborto y que se lo nieguen, de su cesaría y los dolores de recuperarse, sino también a ser señalada por un pueblo ignorante y carente de empatía.
Argentina, un país donde las que levantamos nuestra voz y luchamos por los derechos somos las equivocadas y el título de “pro vida” se lo llevan las personas más perversas con las que te podes cruzar.
Argentina, un país con buena gente.